Ida Applebroog (Nueva York, 1929) recibe en el Museo Reina Sofía la más amplia retrospectiva que se le haya dedicado nunca. Es toda una reivindicación de la osadía de la obra de esta pionera del arte feminista de los años 70. Más allá de los traumas familiares y personales que han nutrido su obra, se celebra la versatilidad de medios empleados para dar cauce a la expresión de sus sentimientos y reflexiones. Confluyen en su estilo las experiencias del arte pop, del conceptual e incluso, involuntariamente, del art brut tras su experiencia de interna en el Mercy Hospital de San Diego.