En 1989 , la Fundación Juan March organizó una gran exposición sobre Magritte: más de 60 obras que ahondaban en el “misterio de lo cotidiano”. Causó impacto y los madrileños quedaron cautivados por el enigmático surrealista belga.
32 años más tarde, con más de 90 pinturas, el Museo Thyssen emprende un nuevo asalto al castillo inexpugnable del genio, atacando desde otro ángulo. La pregunta ya no es “¿Qué es lo que veo?” o “¿Qué significa?” . Porque, socarronamente, a esa pregunta Magritte responde invariablemente “Esto no es una pipa”. ¿Quién no se ha detenido a reflexionar sobre estas palabras escritas por Magritte bajo el dibujo de una pipa? Esta obra, tan ingeniosa como inspiradora, convirtió a Magritte en uno de los artistas más populares del siglo XX.
Ahora , ante la obra de Magritte, las preguntas planteadas parecen ser más bien “¿Para qué sirve?” y “¿Cómo funciona?”, como si de una máquina se tratara. Todo nuevo ángulo sobre un artista se traduce en mayor conocimiento, así que nos sumamos con entusiasmo con nuestras visitas guiadas al esfuerzo clarificador de Guillermo Solana, comisario de la exposición.